Cuando adquirimos un equipo comercial para la cocina, tendemos a pensar que el precio de compra representa el coste total y, aunque en parte es verdad, no tiene en cuenta dos consideraciones fundamentales:
1 – Una cocina comercial normal dura unos cuantos años y, en ese periodo, todos los equipos tienen un uso intensivo. El estrés que sufren estos equipos implica la necesidad de someterlos a un mantenimiento regular (lo que representa un coste adicional), si no queremos acortar su vida útil. En cualquier caso, el precio de compra no es la forma más efectiva de valorar el coste total de la máquina.
2 – Los equipos de cocina comerciales se adquieren como un conjunto de tecnologías necesario para obtener un determinado resultado, es decir, servir a los clientes comidas de calidad en el momento oportuno y de la forma adecuada. Comprar el equipamiento significa comprar una solución, no solo máquinas. Cada vez que uno de ellos no produce el resultado deseado, se generan costes que no se consideran en el precio de compra: tanto si son costes económicos (precios de reparación o mantenimiento) como intangibles (clientes insatisfechos que no vuelven, pérdida de prestigio), no se tienen en cuenta en el precio inicial.
Adoptar un enfoque basado en el coste al adquirir equipos de cocina consiste fundamentalmente en valorar el precio de compra. En cambio, un enfoque basado en el rendimiento consiste en valorar la capacidad del equipo de funcionar sin problemas durante el mayor tiempo posible.
Coste del rendimiento operativo frente al coste del equipo: el valor del servicio postventa
La mejor forma de ver la diferencia entre un enfoque de valoración basado en el coste y otro basado en el rendimiento es tener en cuenta el valor del servicio postventa.
Desde el punto de vista de los costes, el servicio postventa es un coste y es bueno en la medida en que se obtenga al menor precio posible. Desde el punto de vista del rendimiento, este servicio es tan bueno como lo sea su capacidad para:
- Prolongar la vida útil de los equipos de cocina mediante
- Un mantenimiento adecuado
- Reparaciones correctas
- El suministro de recambios originales
- Mejorar el rendimiento de los equipos
- Suministrando los accesorios, consumibles y sustancias químicas adecuados
- Proporcionando un mantenimiento más rápido o incluso preventivo
¿Quién quiere un equipo de cocina con una reducida durabilidad o que tarde más tiempo en repararse si se estropea? Seguramente nadie. Estos aspectos están relacionados con el rendimiento y su importancia se hace evidente si consideras tu cocina como un centro de producción.
Si, por el contrario, consideras la cocina como un centro de costes, estas consideraciones probablemente perderán importancia frente a la necesidad de recortar costes.
El servicio postventa como forma de contener los costes
Desde el punto de vista del rendimiento, un buen servicio postventa es, sin duda, una forma de reducir costes, siempre que prolongue la vida útil de los equipos y mejore su rendimiento. La tecnología moderna brinda numerosas oportunidades de hacer exactamente eso:
- En equipos de cocina conectados, los equipos de soporte del proveedor pueden proporcionar asesoramiento y herramientas de gran valor, lo que incluye revisiones online, gestión remota y análisis en profundidad para evitar averías y errores de funcionamiento.
- Una red de servicio eficiente puede reducir las intervenciones y los tiempos de reparación.
- El intercambio de datos puede convertir un problema resuelto en una cocina, en una solución que se aplica a todos los equipos de ese tipo en toda la red del proveedor (inteligencia colectiva).
Elegir un proveedor capaz de suministrar estos servicios es una forma de optimizar el rendimiento y, con ello, reducir costes.